jueves, 5 de diciembre de 2013

UN "DRONE" HA ATERRIZADO EN MIS GERANIOS.

Y es que se va a poner el cielo con un trasiego que, "Blade Runner" va  a parecer a su lado el desierto del Sáhara.
Todo, gracias al genio y figura de Jeff  Bezos, fundador de Amazon. Y aunque muchos piensan que se trata de un golpe de efecto publicitario de la compañía, yo no desconfiaría de aquel jovenzuelo que en el garaje de su casa y al borde la la treintena, ideó lo que es ya el monstruo "amazónico". No sé lo que tendrán los garajes de las casas norteamericanas, que son el laboratorio de tantas y tan grandes ideas que han revolucionado el mundo de las comunicaciones actual. Será que como en España somos más de "pisito" sin garaje o garaje compartido, no se nos ocurren tan maravillosas genialidades. Nuestro avispado empresario presentó su prototipo en el programa de más audiencia de la televisión norteamericana a través de un vídeo demostrativo, donde se ve al aparato recoger un paquete del almacén y llevarlo volando hasta la misma puerta de una casa, barrio tipo "Mujeres Desesperadas"...Claro que, no sé que pasará en el caso de bloques de viviendas. Si tienen portero, me lo imagino yo como un contralador aéreo desde su chiscón dirigiendo las operaciones de aproximación y aterrizaje. Y si no, pues !aterriza como puedas! Yo, de momento, voy a ir despejando mi balcón de geranios y cambiándolo por una pista de aterrizaje con los Clicks de Playmobil marcando el territorio. El prototipo, guiado por un GPS, puede cargar algo más de 2 kilos  y su radio de acción no abarca más de 16 km. Pero los límites tecnológicos no constituyen la prueba de fuego,  ni siquiera los económicos porque, en este instante , puedes hacerte con un drone por menos de 500 euros.  Los  verdaderos límites a superar son todas las barreras legislativas y de seguridad de los gobiernos. Porque a tan bajo precio, no habrá vehículo más barato de destrucción masiva y arma más eficaz para un ataque terrorista....¡peligro en el área! Pero salvando esta "leve" contingencia, ¿te imaginas una noche de viernes el trajín de drones-pizzeros, drones-gintoniqueros, drones-floristas, drones-condoneros? ¿Y las mañana del sábado, drones-lleva niños al "p***" partido, drones-tráeme los churritos a la cama, drones-se me acabó el champú? ¡Se abre todo un mundo de posibilidades!
Por si fuera poco, el investigador alemán Fabian Hemmert, acaba de rebasar la línea que nos diferenciaba de los aparatos electrónicos creando un prototipo de teléfono móvil que interactúa emocionalmente con su dueño, como una especie de Tamagochi del siglo XXI. Por ejemplo, si utilizamos la aplicación de GPS, no tendremos que mirar la pantalla, porque el teléfono  nos avisará en la palma de la mano para conducirnos por el camino. No muy lejano a esa idea que surgió un día en mi mente de insertarme un chip en el cerebro para no pasarme el día perdida por los mundos de dios y, sobre todo, ser capaz de entender un mapa sin darle mil vueltas a él y a mi cabeza. Pero lo más alucinante de su prototipo es que llevará instalado un corazón que latirá más o menos rápido si está relajado o emocionado. Roces y caricias serán el lenguaje corporal que utilizaremos para relacionarnos sentimentalmente con nuestro teléfono. Antes que seguir convirtiéndonos en máquinas, ¿por qué no humanizarlas a ellas? ¿Serán ellas nuestros mejores amigos?¿Les compraremos carcasas de diseño para ir a la playa o salir de noche?¿Acabaremos enamorados de nuestro móvil? ¿Habrá quien incluso le pida matrimonio? Y lo peor... ¿Qué dirá Rouco Varela de todo esto?
Bueno, pues ya que nadie es perfecto, dejemos que al menos la tecnología lo sea.

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