Sí, ya lo sé. He estado desaparecida en combate. He pasado 21 días bombardeando las dietas sanas con turrones y mazapanes de la tierra de mi amiga Ana, envuelta en celofanes y papeles de regalo, quemando la visa y sintiéndome una toquiota en la Gran Vía, invadida por las masas...Pero he vuelto, con algún racimo de uvas todavía colgado de mi oreja, y un nuevo michelín acusador. Prueba superada. Y antes de ir al grano, permíteme que te ahorre proyectos absurdos para el año que comienza. No te apuntes al gimnasio: tú y yo sabemos que no vas a ir. Que vas a tirar una pasta a la basura, por mucho que la oferta sea tentadora. Y deja de soñar con una vida sin humos. Tampoco vas a dejar de fumar en el 2014. No te compres el cigarrillo electrónico, ni los parches de nicotina, ni el nuevo spray que te da un chute en plena garganta para superar el mono. Sólo dejarás el vicio el día que el vicio decida abandonarte a ti, o te de un jamacuco que te ponga las pilas. No busques una nueva dieta milagrosa. Hiciste lo mismo con la de la alcachofa, la de la piña, la del pomelo y ya has recorrido toda la sección de verduras sin quitarte un gramo. Resígnate a hablar inglés como Ana Botella, aunque te partas el pecho con su pronunciación, a tu edad no vas avanzar mucho más, así que no te compres el nuevo curso de inglés de El País, ni te apuntes a la academia...No vas a pasar del "relaxing cup of café con leche"...
Me dirás que empiezo al año rendida y pesimista. Pero lo único que deseo es que guardes tus fuerzas para lo verdaderamente importante: la Operación Rebelión. Sí, aunque la cacofonía destruya tus oídos.
Resérvate para no callarte ni debajo del agua. Para poner en duda todo lo que se menea. Para luchar por tus auténticos sueños, no los de los mercaderes sin escrúpulos. Para denunciar las ofertas de trabajo humillantes donde te exigen trabajar el doble de horas y cobrar la mitad. Los puestos de becario que ofrecen a tus hijos, realizando labores de auténticos profesionales sin salario. Las pequeñas corruptelas de tu empresa, que a nivel pigmeo reproducen las de los grandes. No veas las cadenas televisivas que denigran a la mujer, ni las que manipulan la información. El poder está en tu mando, y con nuestra elección nos convertimos en co-responsables de la porquería que se nos está ofreciendo. Abandona esa doble moral, que por un lado se queja de los abusos del poder y por otro obra exactamente igual a pequeña escala en cuanto puede: marcando a la baja los salarios de las asistentas, cuidadores...Exige calidad en la enseñanza, la salud, los servicios, porque no son gratis, llevas muchos años pagando por ellos y son tus derechos. Ejerce la democracia cada día, no cada cuatro años, impidiendo que la mayoría absoluta se transforme en una tiranía absoluta, denunciando las leyes injustas. Exige la transparencia en la política, en la justicia, en la Monarquía...ellos saben todo de ti, y te controlan , tu conocimiento es una manera de ejercer el control sobre ellos. Están a tu servicio y tú eres su cliente. Protesta en las redes sociales, en los medios, en la calle..Tenemos libertad de asociación, de reunión de expresión , recogida en la Constitución y no nos pueden callar metiéndonos una multa por la boca. Protege a los inmigrantes, a los marginados, a los necesitados...Ellos están con nosotros , en el mismo saco, y no contra nosotros como les interesa a los poderes presentarlos para enfrentarnos. Defiende la libertad de todos: de los homosexuales, de las mujeres que quieren abortar, de los expulsados de sus casas por impago, de los timados por los bancos...Y aunque tú no estés en ninguna de las situaciones, defendiéndolos a ellos, te defiendes a ti, porque el abuso siempre va a más, no tiene límites. Deja de ser además del "Pagafantas" de la crisis, el "PagaInfantas". No tenemos ninguna obligación con la Corona, y porque el Rey hiciera justamente lo que tenía que hacer en el 23-F no vamos a estar eternamente encadenados a una institución que no sabe estar a la altura de sus deberes. Y si el Ministro del Interior, mete el patón en línea con Torrente, grítalo bien fuerte. Tenemos que se implacables, igual que ellos no han dudado en serlo con nosotros.
Y sobre todo, que cuando comience el 2015 no lo hagamos con ese sabor amargo de no haber haber hecho lo que teníamos que hacer. Que no volvamos al mundo real con la idea de comenzar en el gimnasio, el cursillo de inglés y con aquello "de este año no pasa que..."
Porque nadie es perfecto. Pero somos libres.
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