lunes, 17 de noviembre de 2014

CARTELES CONFUSOS O MÁS PERDIDO QUE WALLY EN EL VICENTE CALDERÓN


No es que a mí me haga falta mucho para desorientarme. Mi sueño es que llegue el día en que los implantes cerebrales de GPS sean una realidad.  Es por eso que soy muy sensible a las señales y carteles de dirección. Y lo único que le pido a la vida es que, ya que mi destino es perderme,  consiga hacerlo yo solita, sin la ayuda adicional de mensajes confusos como los siguientes:

Hablar castellano tiene premio: 200 m. menos de distancia.









Me alegro que me lo recomiendes, pero por muy Hacendado que sea, no estoy dispuesta a probarlo.











Ya se sabe, todos los caminos conducen a Roma...digo a Montreal.











El nombre de la localidad despista e induce a error tras la señal numérica de velocidad.







¿En qué quedamos? ¿Basura o no basura? ¿O el rotulista es un esquizofrénico jugando a los sinónimos?











 Entrar o no entrar ...he ahí el dilema.








Sólo para hombres escoceses o antiguos miembros de Locomía.




Bienvenidos sólo por Navidad.
El resto del año serás disparado y rematado en caso de que consigas sobrevivir a la experiencia.
















Semáforo inspirado en Chiquito de la Calzada.: avanza, para, avanza, para...









Cuando los objetos mutan, hay que estar ojo avízor para no tragarse los cristales.

















Los vecinos, puerta con puerta, deberían ponerse de acuerdo en sus demandas para no provocar mensajes contradictorios.














Hay carteles que demuestran la contradicción existencial del ser humano dejándote sin capacidad de reacción.











Que además de una blasfemia se le está quitando la pintura al cristo de tanto frotar con amoníaco.













Las apariencias engañan. Y los carteles grandes, más que nada.






Por tu seguridad, ve a tu bola.












Al final,todo queda en familia...de las aves.
















Hay carteles que, para causar efecto, no tienen inconveniente en minarte la moral...

















La eficacia de un mensaje pasa por utilizar el mismo lenguaje del receptor. O al menos así lo interpreta el espontáneo que ha introducido un matiz corrector: Guau, guau!!! Se me entiende???











Lee siempre la letra pequeña...















No te dejes seducir por las ofertas...A veces, te pueden salir por el doble.











Y es que ya se sabe que los científicos son muy despistados, tanto que más de uno se les ha quedado en la rotonda en plan bucle. Así que muy a su pesar, han tenido que desvelar algunos secretos de estado...










Hay quien se toma los horarios de apertura muy relajadamente....















Y otros, con puntualidad británica...Cuando vayáis a comprar, ir con el cronómetro.


















Ya lo dijo Einstein: todo es relativo. ¿Por qué no verlo de esta manera?










Regla número 1: No mentar la soga en casa del ahorcado.











Y es que somos humanos. Por eso es fácil trasladar nuestra confusión vital a la cartelería.
Ya se sabe, nadie es perfecto.

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