martes, 30 de julio de 2013

EVAX CONTRA TAMPAX...

...O cómo no odiar la publicidad. Y es que desde que a principios del verano el anuncio de Tampax asaltó nuestras pantallas, ando como revuelta. Tanto que ya no soy Eva, me he transformado en Evax. Fueron 14 años de redactora en la época dorada de la publicidad española donde me tenía que batir el cobre con la "crème de la crème" de la intelectualidad sin pasar nunca de mediocre, y si ahora regresara a ese mundo creo que, sin duda, me llevaría todos los premios nacionales. No porque haya mejorado, que como decía Manuel Rivas, "Fui más de lo que soy", sino porque a los creativos parece que se le han fundido las neuronas. De primeras me sale como un pronto de corporativismo para justificar el horror de las campañas con las que nos atosigan: que si ese plano es una imposición del cliente, que si la modelo es la sobrina del jefe de márketing, que si la falta de presupuesto, la crisis...Pero si tuviera que otorgar un "Melonazo", que eran los galardones que se daban en mi época a los peores anuncios de publicidad, tendría una buena colección de candidatos. Aunque, pensando, pensando, el mejor situado es el anuncio de Tampax. Quienes me conocen saben que hay un antes y después en mi vida desde que surgió. Para empezar, entiendo la elección de Amaia Salamanca como protagonista; chica mona, buen tipo, actriz, con series en la programación...Pero no sé muy bien cuál es el papel que interpreta. ¿Va de guay, de experta, de "devorahombres",de colega? Pero casi me desconcierta más el rol de los dos chicos que la acompañan a modo de palmeros. Se pasan todo el tiempo del spot con cara de "empanaos" y no es para menos...Claro que también es que ellos se lo están buscando, porque vamos a ver, ¿por qué un tío va a meter la mano en el bolso de una chica para robarle un Tampax? ¿Qué pretende hacer? ¿Dónde quiere ponérselo? ¿En los oídos a modo de tapón para bañarse en la piscina? ¿O en otro sitio más íntimo para vivir nuevas experiencias? Así que si Amaia Salamanca se lo arrebata de las manos y lo introduce en su masculina mano para explicarle su funcionamiento, que no ponga ese careto. Lo estaba pidiendo a gritos. Y el del sombrerito, que observa entre babeante y atocinado la operación, que hubiera sido más rápido que su amigo para quitárselo del bolso. Y es que Amaia además es tan mágica, que lo hace desaparecer. Y al agua patos!!!
¿Vende facilidad y comodidad? ¿Insinúa que es tan fácil que hasta un hombre puede entenderlo? ¿Que te gustará tanto que te lo quitan de las manos, oiiigaaa? ¿No había una manera más directa y sencilla de explicarlo? Hay quien dice que es un anuncio tan tonto para que la gente hable de él. Y una amiga en un loable intento de sacarme de mis dudas, me insinuó que se trataba de una "penetración invertida" y de ahí los caretos de los boys. Desde entonces, yo ya sólo clamo por un psicoanalista argentino que me saque de la publicidad y me devuelva a la realidad.
Y es que nadie es perfecto.

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