miércoles, 31 de julio de 2013

TOCADOS REALES Y OTRO TIPO DE TOCAMIENTOS

                                                                  ¿A que no desentono?


No penseis que mi blog ha dado un giro hacia la prensa rosa, pero estaréis de acuerdo conmigo que la boda de Kate Middleton y el Príncipe Guillermo de Inglaterra fue un revulsivo para las monarquías europeas. Es como si hubieran estado esperando tan señalado momento para perder la cabeza. Incluso, algunos de sus miembros, como la Princesa Beatriz, se liaron a hachazos con la sillería Tudor para calzarse un respaldo en la frente. Fueron unos días de locura que todas las revistas plasmaron en sus páginas, tanto que en mis retinas no había cabida ya para semejante despliegue de plumerío y colorido. Y quise participar en la bacanal con un pequeño homenaje a través de este "collage" donde lucí el más británico y sencillo de los tocados: una tetera inglesa. No quise dejar de lado al Sombrero loco, que dadas las circunstancias era el más discreto participante. Pasaron los años y sin previo aviso, la reina de Holanda decide abdicar en su hijo el Príncipe Guillermo (¿es que todos se llaman igual?)  y de nuevo, toda la sangre azul volcada en un derroche de faustos craneales. Y yo, de nuevo quise colaborar en mi papel de "It girl" aficionada, y me calcé a modo de casquete un queso holandés con dos tulipanes pinchados...Porque ya se sabe, donde fueres, haz lo que vieres. Y a mí me gusta mimetizarme con los ambientes. Y mira que ya le he cogido el gusto al tema de los tocados, y  tengo casi listo el del bautizo del principito George : un dodotis a modo de turbante con un biberón inclinado tipo torre de Pisa, con una coronita de las princesas Disney situada estratégicamente en la tetina. No me llaméis pobretona, yo reciclo.
 Y revolviendo en el baúl de los recuerdos y los tocados, el que de verdad se quedó tocado fue nuestro rey, y por ende, nuestra monarquía. Comenzamos con un toque de cadera en la selva de los elefantes, continuamos con el toque de Froilán en el pinrel, y el toque de gracia fue Urdangarín y el caso Nóos. Quisieron solucionarlo traslando la figura de Iñaki desde la escena de la Casa real a la de los deportistas en el Museo de Cera de Madrid, que es la forma en que en España se arreglan los problemas de la monarquía y si no, que se lo pregunten a Marichalar. Pero a pesar del loable intento, el juez Castro se mostró pertinaz y resistente. Yo a este hombre le admiro, y llamadme ingenua, pero yo ya me estoy preparando mi tocado para el día del juicio del Duque de Palma : una empanada mallorquina con una bola engastada colgando de una cadena, eso sí, la cadena de 24 kilates.
Y es que hasta la monarquía está ya tocada.
Porque nadie es perfecto.

1 comentario:

  1. Pero si hay una infiltradilla!!!
    Un beso puñetera :D
    (Soy la Sara de chino)

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