jueves, 15 de agosto de 2013

MÁSTER CHEF EMOCIONAL

Mi amiga Maite, lectora del blog, ha comentado que sus entradas favoritas son las que componen la serie "Menús para los desaguisados de la vida", así que en honor a ella, gracias al silencio de algunas editoriales a publicarlos y debido a que he regresado a Madrid para "hornearme", voy a incluir alguno más. La pena es que yo como ilustradora me parezco más a Cecilia Giménez, ya sabéis, la del "Eccehomo" de la localidad de Borja, que a Mark Ryden, así que confío en vuestra imaginación para dar forma a mis ideas.

UTENSILIOS BÁSICOS PARA "LOS COCINILLAS" DEL ALMA.

Porque no basta con seguir las recetas, además es necesario de armarse con una buena batería de cocina emocional para darle el punto perfecto.

Descorchador de angustias. Manga pastelera para besos. Cazo para pescar sueños. Espumadera para preocupaciones superfluas. Cuchillo para cortar por lo sano.Wok para saltear emociones. Rodillo para aplanar egos. Bandeja para hornear proyectos. Mortero para machacar miedos. Rallador para limar las asperezas cotidianas. Pasapurés para disgustos sólidos. Exprimidor para sacarle todo el jugo a la vida. Cubitera para refrescar los proyectos olvidados. Pinzas para sacarse las espinas clavadas en el alma. Pelador de vicios adquiridos. Temporizador para avisarnos y evitar desencuentros. Termo para conservar la calidez de las buens amistades. Filtro para no tragarnos los posos de tristeza. Vinagrera, porque la acritud, como el veneno, debe guardarse en frascos pequeños. Colador para evitar los tropezones del día a día. Olla a presión para elevar la temperatura de ebullición de nuestro ánimo con la máxima rapidez. Fondue para derretir los malos pensamientos. Molinillo para reducir a polvo las inseguridades.

BEBIDAS E INFUSIONES PARA PASAR EL TRAGO.

Agua sin gas para impedir las aerofagias sensibleras. Batido de pasiones con un chorrito de picardía. Vino de la casa para digerir los problemas domésticos. Vino blanco para palidecer de placer. Vino rosado para ver "La vie en rose". Café con mala leche. Té verde de envidia. Té rojo de pasión. Tila para adormilar las intranquilidades. Orujo a las malas hierbas. Ginebra para mezclar con la tónica diaria. Y si hay tomate, mejor echárselo al gaznate en forma de zumo.

Y COMO GUINDA...EL POSTRE: "MACEDONIA DE EMCIONES"

Ingredientes:
- Cacao mental en polvo o, si está solidificado, poner una jícara.
-Un racimo de envidia sin pepitas, porque amargan.
-Una vaina de ansiedad para desgranar a diario.
-Gajos de fracaso, sin piel, para no atragantarse con ellos.
-Una tajada de soledad madura.
-Odio en conserva con todo su jugo.
-Depresión macerada en lágrimas negras.
-Egoísmo tan almibarado que se deleita consigo mismo.
-Pulpa de ambición salvaje.
-Miedos de todos los sabores.

Preparación:
Poner el ramo de envidia bajo el grifo intentando dejarlo impoluto. Fijarse bien que no queden pepitas en su interior para evitar amarguras y sorpresas añadidas. Separar los gajos de fracaso, unos de otros, sin que se acumulen o se adhieran entre ellos. Abrir la vaina de ansiedad y desgranar una a una observando que, aunque parezcan muchas, por separado resultan insignificantes. Separar la soledad madura de la cáscara y comprobar que, sin esa cubierta dura, se desmorona. Tomar la pulpa de ambición sujetándola con fuerza, sometiendo su carácter salvaje. Y ya sólo queda incorporar el odio en conserva, sin que se derrame el jugo, imprescindible para dar un regusto ácido.
Una vez organizados todos los ingredientes, pasarlos por el "chino" para obtener una masa uniforme y separarlos de los pellejos emocionales. A continuación, en una batidora, mezclar unas gotitas de depresión después de haber estado en maceración desde el día anterior con las lágrimas, con especial atención de que no den un tono demasiado negro. Ahora llega el turno de los miedos de todos los sabores. Si tenéis sólo uno, doblar la cantidad. Si son tantos que se desborda el recipiente, seleccionar una pizca de cada uno o aumentar aquél que os ocasione más ataques de pánico. Finalizaremos con el almíbar de egoísmo, intentando que no se nos vaya de la mano porque una cosa es deletitarse con uno mismo y otra, empalagarse del súper YO. Lo batimos todo junto y añadimos además la mezcla anterior. Y ya lo tendremos listo para introducirlo en el congelador, no sin antes espolvorear por encima con cacao mental, como guinda  a nuestra macedonia de emociones.
Servir congelado en copa para enfriar la quemazón que nos hierve por dentro.

Bebida recomendada: Infusión de buenas sensaciones para eliminar toxinas emocionales resisitentes.

Y si se os olvida introducir algún ingrediente emocional, tranquilos..Incorporarlo en el último momento o preparar otra receta que lo incluya.
Porque nadie es perfecto.

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