lunes, 10 de febrero de 2014

LA GALA DE LOS "GOLLA"

¿Veis? Esto es lo que pasa cuando un Ministro de Cultura se ausenta de sus obligaciones. Que la gente acaba metiendo"patones"gramaticales dejando al descubierto la incultura por la falta de apoyo de un ministerio básico para el desarrollo del país. Andaba por ahí un señor con pajarita, gafas de concha y pelo a lo Lord Byron, con sonrisa perenne, que no se yo si era el sustituto del Excelentísmo Wert, y lo dudo porque no recuerdo que fuera presentado oficialmente, aunque a lo mejor me pilló en un momento que fui al baño. Y es que, esto de no tener publicidad está muy bien, pero para las galas de larga duración, o te deja con la vejiga a punto de explotar o hace que te pierdas alguna gracieta. El buen hombre lucía una estética nada sospechosa para codearse con la gente del cine, incluso mimetizarse, será por eso que lo eligieron...
Pero fue una lástima que el ministro en cuestión no asistiera. La Gala habría dado mucho más juego. Las dedicatorias habrían estado salpicadas de más puyitas, aunque Bardem y otros se encargaron de lanzarlas..Y es que siempre se puede confiar en los Bardem.
El Presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, con rastros visibles de la ciclogénesis política originada por la Marea blanca, aguantó con serenidad esculpida a cincel los comentarios jocosos sobre el tema, sentadito muy formal al lado del Presidente de la Academia del Cine. Quizá no le dio tiempo a inventarse una excusa de agenda para ausentarse del evento. Aunque no debería ser tan mal  pensada. Simplemente aguantó con desgana disimulada, cual padre ejecutivo y estresado en la función de fin de curso de sus niños.
Pero esto es lo que tenemos. Semejante nivel de políticos, muy por debajo de la calidad de nuestro cine. Y no es que yo piense que nuestra industria cinematográfica sea para tirar cohetes, pero tal como está la cosa, bastante bien se está portando. Y no olvidemos, que el público también cuenta, y en un país donde lo que triunfa son los "Torrentes", no deberíamos echarle la culpa al "empedrao", sino como público psicoanalizarnos y entonar el "mea culpa".
En cuanto al guión de la gala, para mí que Manel Fuentes estuvo flojillo. Pero debo confesar mi pasión por Buenafuente, que le exime de mi  baja valoración. En cualquier caso, tampoco mucho peor que otras de los Oscar, e infinitamente superior que la del Festival de San Sebastián que duerme hasta las ovejas. Hubo momentos delirantes , y alguno sobresaliente, en el apartado de "Goya a la película no rodada", a cargo de  
Joaquín Reyes y el grupo Chanante. Y sentí una tremenda envidia al comparar nuestras pelís con la selección para la categoría de mejor película europea, donde obras como "Amor", "la Cacería", y "La vida de Adele" entre otras, merecían un premio cada una, no solo "Goyas" sino Oscar, Baftas, Osos de Berlín, César y todo los del Universo y Sistema Planetario, que diría Leire Pajín.
Otro aspecto que brilla con luz propia en este tipo de acontecimientos, es el glamouroso. Ese desfile de mujeres bellas y apuestos adonis en la alfombra roja, en su momento más Boris. Y aquí, tampoco desafinamos. Como siempre, hay quien acierta y quien no. Quien se disfraza y quien se viste. Quien se ve encorsetado e incómodo, y quien parece haber nacido entre tules, tacones y complementos. Y ya, para cada cual, su predilección. Habitual es el ránking de las mejor  y peor vestidas. Y hay quien se esmera por aparecer en el segundo, como diciendo, que hablen de mí aunque hablen mal.
Y a todo esto, algo que me perdí desde el primer momento...¿A qué santo viene llamarle "Premios Goya"?
¿Porque no Buñuel? ¿Es que estamos tan poco orgullosos de nuestro cine que hasta un pintor, sublime por más señas, tiene que ocupar el nombre de un cineasta, magistral también por más señas?
Y es que nadie es perfecto. Que se lo digan a Buñuel. Y a los "Gollas". Y , especialmente, al Ministro Wert.

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