lunes, 9 de septiembre de 2013

YO NO SOY TONTO


Mira que vienen diciéndolo desde hace tiempo los de Media Markt, pero todos creíamos que era  un eslógan más, cuando se trata de un grito revolucionario de la sociedad española contra sus dirigentes y poderes fácticos (léase económicos, culturales, medios de comunicación...)
Ya basta de llorar porque pasaran de nosotros olímpicamente, y de partirnos el pecho por el nivel de inglés de Mrs. Bottle...No seré yo quien haga leña del árbol caído, para eso se vale ella sóla. Ya basta de comparanos con que si los "japos" tienen Sony, nosotros tenemos el Zara, o que frente su Fukushima, los pueblos de España montan un "Urraco" para quedarse con los desperdicios nucleares.
Porque en el fondo, lo que a nosotros nos distingue es el amor al arte. Y si no, mirad la que se montó cuando Cecilia Giménez restauró el fresco de la Iglesia de Borja y lo convirtió en el "eccehomo", todo un clamor popular que puso al pueblo en el mapa y a la "pintora" en la wikipedia. Y sin ir más lejos, la reciente exposición sobre Dalí, que ha batido todos los récords de visitantes en el verano más caluroso de Madrid y con 38 grados a la sombra guardando cola. Porque oye, es oír que la gente está cayendo como moscas mientras esperaba a entrar en el reina Sofía, y acudir masas ingentes a compartir la misma suerte. Ya pasó algo parecido con la de Antonio López, donde no olvidaré nunca esa dulce ancianita que cuchicheaba a su amiga que el insigne pintor podría haber arreglado el baño antes de hacer el cuadro hiperrealista alusivo.O años atrás con la de Velázquez, donde una madre le aclaraba a su hija, que el pintor venía a ser en su época, lo que la revista "Hola!" viene a ser en la actualidad...Pues eso, un retrato de la alta sociedad de su tiempo...
También somo expertos en utilizar dichos populares aunque luego nos los tengamos que comer con patatas. Y en esto, una de las expresiones menos afortunadas en los últimos tiempos ha sido aquella de "Que cada palo aguante su vela", de nuestra Cospe, inigulable imitadora de Groucho Marx en su "sketch" de la indemnización en diferido, Lo malo es que luego resultó ser mucha vela para tan poco palo. Ya sé que muchos opinarán que me estoy explayando en demasía con las damas del PP. Y digo damas, porque en ellas hay algo que las convierte en más que simples mujeres.No sé, quizá ese toque de laca que parece emanar de sus conservadores cabellos y me trae recuerdos de la infancia. Sí , cuando mi madre estaba en el baño y entrabas a buscar cualquier cosa y de repente, sin previo aviso y yo me atrevería a añadir que con alevosía, ella te gaseaba con un estallido de laca L'Oreal que te noqueaba totalmente a la par que te dejaba los pelos como escarpias. Pero dejando de lado los entrañables momentos de "el aroma de mi hogar", me centraré en el tema. ¿Cómo no dedicarle unas líneas a la laqueada Señora María Dolores de Cospedal?
Ella que lleva con tanto garbo una mantilla española como un pedazo de abejorro a modo de broche que nada tiene que envidiar al conejo volador del anuncio de "Afterbite". Y no es que le reproche sus aires de madrasta pérfida o institutriz cruel, que casi prefiero a su sonrisa de "Jocker", que me atemoriza.Ni que ante el naufragio, por seguir con el símil marinero, abandonara el barco echándole la culpa al Capitán Rajoy y a otros miembros de la tripulación "pepera". Lo que me indigna es la falta de moralidad y coherencia que esconde bajo una máscara de profesionalidad y seriedad, que se resquebraja ante la mínima pregunta de becario en prácticas.
Ella, que iba de Dama de Hierro, resultó ser de chatarra.
Y es que nadie es perfecto.


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